Blog

Artículos escritos por nuestros psicólogos

Control de la ira

Soltando-rabia1-768x1024La ira, como el resto de emociones, cumple una función adaptativa: nos ayuda a defendernos cuando nos sentimos atacados. Sin embargo, cuando su intensidad, frecuencia o duración se disparan puede llegar a provocar problemas expresados en forma de ataques físicos y/o verbales que repercuten en las relaciones sociales, el trabajo o la propia salud.

Las expresiones de ira pueden desencadenarse por elementos diversos: desde situaciones externas en las que la persona se siente amenazada o atacada, hasta situaciones internas al individuo como pensamientos o recuerdos de situaciones pasadas que provocan sentimientos de frustración, indefensión o desesperanza.

Esta emoción lleva consigo una serie de cambios a nivel fisiológico (aumento de la tasa cardiaca, la presión arterial y la tensión muscular), cognitivo (pensamientos de tipo hostil) y comportamental (expresión facial y lenguaje corporal característico, agresiones físicas y verbales…)

En CEINTER trabajamos integrando tres estrategias que intervienen sobre los tres niveles de expresión de la ira (fisiológico, cognitivo y comportamental). La investigación ha demostrado esta terapia como las más eficaz para el control de la ira. Sus componentes son:

 La terapia cognitiva: A menudo, la forma de pensar de la persona cuando está enfadada empeora las situaciones. En la terapia cognitiva, los psicólogos ayudan a los pacientes a encontrar formas alternativas de pensar y reaccionar ante la ira.

El desarrollo de habilidades: Aprender comportamientos alternativos a las respuestas agresivas es imprescindible. Las personas con dificultades para controlar su ira pueden beneficiarse de aprender nuevas formas de actuar y comunicarse menos agresivas.

La relajación: Los psicólogos instruyen a los pacientes en una técnica llamada “relajación progresiva” cuyo objetivo final consiste en que éstos sean capaces de relajarse por sí mismos y puedan llevarlo a cabo en situaciones en las que normalmente la ira les provocaría una sobreexcitación fisiológica.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *